lunes, 23 de febrero de 2015

EL BLOG DE ABEL, SU ANALISIS -- scioli, randazzo, el lole, pino y el pais de los dos escenarios


febrero 22, 2015
teatro-caras
Ya en octubre del año pasado les decía a los lectores del blog que en nuestro país hay en curso dos campañas, o dos escenarios de campaña, si se quiere ser preciso: el primero, donde se enfrenta el oficialismo con la oposición, y otro en que procuran instalarse los candidatos presidenciales. Y que el primero es, con mucho, el que por ahora importa a los que les importa la política (además de los políticos mismos, claro).
Y como pronosticador no me equivoqué mucho: señalaba que no iban a confluir en uno solo antes de marzo ´15. Ahora puedo confirmar que, a una semana de esa fecha, todavía siguen claramente separados. En un plano muy práctico, agrego que las tareas de comunicación política que encaramos en #BASAT tienen muy presente esa división.
Al mismo tiempo, hay vasos comunicantes entre esos dos escenarios. Este fin de semana hemos tenido unos ejemplos notorios. Y como el domingo es el día de los sesudos análisis políticos en los medios, voy a comentar esos hechos sugestivos. Aunque sigo insistiendo: todavía no es el tiempo de las definiciones.
El más importante es, sin duda, el discurso en que la protagonista principal, por lejos, del primer escenario – la Presidente, Cristina Kirchner – definió un nuevo Adversario, a la altura simbólica del tradicional, el Grupo Clarín.  “El 18F fue el bautismo de fuego del Partido Judicial, que articula con los poderes económicos y mediáticos concentrados y es opositor y destituyente de este gobierno”. Esta batalla K no empieza el pasado miércoles 18, claro. Algo hablamos en el blog de ese enfrentamiento, pero esta nueva etapa requiere analizarla con atención.
Para el tema de este breve posteo, el hecho a marcar es que, de los candidatos presidenciales, el primero en acompañar fue Daniel Scioli: “Algunos sectores buscaron la oportunidad de un golpe político, tanto en la desgracia (la muerte de Nisman) como en la marcha. Han querido aprovechar una situación para sembrar zozobra, desesperanza. Se han puesto muy en evidencia“.
Se me ocurre, como especulador político que soy, que el gobernador, además de sus convicciones en el tema, y de las expectativas que tenga o no de un eventual apoyo explícito de CFK, toma en cuenta que una parte fundamental de sus posibles votantes apoyan con fervor a Cristina. Y que su personalidad, su discurso y una actitud conciliadora invariable a lo largo de los años, ya son suficientemente tranquilizadores para los oficialistas tibios, que – aunque los vomite Dios, como decía Menem – son muy numerosos a la hora de votar.
Supongo que un razonamiento inverso opera en el caso de Florencio Randazzo, que ya cuenta con muchas simpatías en la militancia kirchnerista (la de base), simplemente porque no es Scioli. Pero necesita ampliar su base de votantes más allá de la minoría entusiasta. Ha comenzado una campaña – con videos familiares y todo – donde intenta promocionarse él ante la mayoría no politizada. Era hora.
Del otro lado de la divisoria, la alianza de Reutemann con Macri y lasconversaciones de Pino Solanas con Massa pueden observarse también desde esta óptica.
El hecho central, me parece, es que ambas movidas son, simplemente, dos jalones más que muestran que cualquier posibilidad de plantearse poder político en la Argentina de hoy requiere de una coalición amplia y diversa. Horacio Verbitsky, entiendo, está equivocado cuando hoy dice que el 18F mostró la aparición de “una nueva derecha con capacidad electoral y de movilización callejera” (aunque estoy de acuerdo con él que es deseable esa presencia en el juego político de nuestro país).
Porque esa marcha encabezada por un grupo de fiscales expresaba la presencia, y las preocupaciones, de un sector social – las clases medias urbanas acomodadas – cuya identidad básica es el “no peronismo” (lo que no implica que no hubiera peronistas en la marcha, por supuesto). Y la propuesta de Macri, como evidentemente la de Massa, incorpora muchos elementos post peronistas (o, si se prefiere, post menemistas).
El vínculo entre los dos escenarios está dado en que es la común hostilidad hacia Cristina Kirchner la que permite amalgamar estos elementos diversos. La pregunta que resta es qué sólida será esa argamasa.

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