lunes, 20 de febrero de 2017

MACRI Y LA PARED. Hacia una nueva etapa, escribir en otro renglon o un nuevo momento.



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DEL BLOG DE ABEL

La semana pasada fue movida, aún para los estándares de la política argentina. El gobierno cometió una serie de torpezas (“errores no forzados”, en la jerga del tenis) que lo descolocaron (lo hicieron recular en chancletas, en la jerga del barrio). Ahora, la pregunta que trasciende la coyuntura es ¿hasta que punto lo debilitaron -no en sí mismos, no son lo bastante importantes- sino como síntomas de problemas serios en el mecanismo de toma de decisiones, en su mismo proyecto político?
Para responder a esto, es necesario tener claro que las principales dificultades de un gobierno en un Estado moderno -aunque desorganizado e ineficaz, como el argentino actual- no vienen de los opositores. Sé que es una desilusión para los militantes apasionados, pero los problemas críticos surgen cuando hay desaliento, desmoralización o divisiones en los sectores que los apoyan y sostienen.
En el Clarín de ayer hay algunos elementos que pueden ayudar a contestar la pregunta. No me refiero a las columnas de Kirschbaum ni de Blanck: son soldados del Grupo y llevan adelante su tradicional estrategia con todos los gobiernos: golpear y negociar. Además, saben la lección básica que los medios kirchneristas no lograron aprender: demasiado oficialismo hace un diario aburrido. Es el error fatal.
Pienso, en el plano de la política coyuntural, en la columna de Ignacio Zuleta. Un periodista profesional, con excelente acceso a fuentes de primer nivel, se ha dedicado en el último año a volcarse, sobre todo, al universo macrista. Por eso, su nota es interesante porque refleja como piensan los hombres del PRO y sus aliados radicales:
La cadena de tropiezos de la última semana (Correos, subibaja de las jubilaciones) puso a la coalición Cambiemos al borde de la ruptura terminal. Difícil que pueda superar otra igual, si se repite. Difícil que no se pueda repetir, ya que aunque ocultaron las escaramuzas, los aliados políticos del Pro provocaron un giro de Mauricio Macri de su posición en los dos asuntos. Hasta ese momento, se había negado 1) a hablar en público sobre el concordato del Correo Socma, 2) a revertir la modificación a la baja del cálculo de las jubilaciones. La vehemencia con la cual los bloques de la UCR y la CC enfrentaron esas conductas dieron vuelta la agenda del presidente.
Los términos de ese enfrentamiento fueron más virulentos que los que usó la oposición política ante esos dos temas, que expusieron la improvisación y la desorganización de algunos niveles decisorios del poder Ejecutivo.
Elisa Carrió lo dijo en público en la sesión del miércoles, cuando se discutía la ley de ART y tomó nota de que se había anunciado el nuevo cálculo de las jubilaciones. “¡Dame el teléfono! ¡Quiero hablar ya mismo con estos tipos!” – gritó desde su banca para la escuchasen todos, en particular Diego Bossio. Se sientan banca de por medio y lo había visto tejiendo con Sergio Massa la abstención que podía hacer caer la ley de ART. “¡Quiero la cabeza de Basavilbaso, esto se tiene que arreglar ahora mismo! ¿Qué se creen, que estoy en política hace dos meses?”, remató. ¿A quién le hablaba? A los propios, a los ajenos y a la cuarta pared, la del público, como manda la receta del histrión, que todo político en serio tiene dentro de sí. Con ese tono impuso la cuestión de privilegio para que se votase ART en el acto“.
Los invito a leer la nota completa, cliqueando aquí, por los entretelones que revela, para los que se interesan en eso. Pero creo que es más significativo -como le pareció a ex altos funcionarios y economistas del peronismo- este reportaje, que también apareció ayer en Clarín Económico.
Estamos absurdamente desajustados”, dispara Carlos Rodríguez, economista, formador de economistas, fundador del Centro de Estudios Macroeconómicos Argentinos (CEMA) y actual rector de la evolución de ese centro, la Universidad del CEMA. Señala que “la economía es un descalabro” y explica que el principal problema de la actual administración “es la falta de liderazgo y tener a los animal spirits en contra”, parafraseando a John Maynard Keynes*. También que privilegiar la lucha contra la inflación a costa del nivel de actividad es un error y que la política de endeudamiento masivo es insostenible.
-¿Por qué habla tanto de política?
-Parte del problema económico es que Macri basó su estrategia de poder en Cambiemos en un boom económico que se iba a generar por las inversiones que llegarían a la Argentina luego de su triunfo. Nosotros le avisamos que eso no sucedería porque no hay poder político. La coalición de Gobierno no genera confianza. El tema es que no te va a venir una lluvia de inversiones cuando tenés elecciones de medio término y cuando ganaste por un punto contra un candidato devaluado. Y ganaste con una coalición inestable, por decirlo suavemente. Y ganaste, además, reuniendo a todos los anti k. Recuerdo que ya desde el año pasado, el anteaño en realidad, después de las elecciones yo recontratuite mil veces que no hay poder político. No hay peronistas en el gobierno y eso significa que no están los votos suficientes para impulsar los cambios necesarios.
-Pero no empezó mal el Gobierno …
-Empezás mal ya en enero (de 2016) cuando anuncias que las tarifas aumentarían un 5000%, y la gente se asustó y dejo de consumir. Venías con un nivel de actividad en baja, pero nada dramático, y con ese anuncio se deprimieron los animal spirits, como decía Keynes y se impuso la recesión. Acentuó en serio la recesión en febrero. Aterrorizaron a todos los votantes. Los animals spirits hacen que la gente no consuma y no vienen los inversores porque tenés elecciones. No hubo lluvia de dólares y no va a pasar.

Sigue cayendo la producción sectorial, las ventas bajan, el consumo cayó en todo el año. La economía es un descalabro. ¿Por qué? Porque hay miedo a lo que va a pasar si se hace lo correcto. Así, las personas no quieren consumir y las empresas no invierten. Hagan lo que hagan. La plata no va a gasto. Y ni siquiera entra al circuito monetario. El efectivo entra al banco y de ahí van a las Lebac’s.
-¿Hay error de diagnóstico o de instrumentación?
-Yo creo que el gobierno tiene un único objetivo que es bajar la inflación. Creen que van a ganar las elecciones con un sólo número, que es una baja en la inflación. Fíjese lo que pasó con esa medida, “extraña” (dibuja en el aire las comillas) por lo menos que son los precios transparentes. Es una medida está destinada a bajar la tasa de inflación a lo que venga. Esperaban que el precio financiado siga constante y baje el contado. La gente sólo se fija si puede pagar la cuota, pero el INDEC registra los precios de contado entonces obtuvieron una pequeñísima baja en la inflación a costa de una fuerte caída en las ventas. O sea: todo mal. Subieron las cuotas y el contado bajó muy poco. Es como si sus asesores les dijeran: no importa la reactivación, sino la tasa de inflación.
-Pero ¿no es bueno bajar la inflación?
-Yo hubiera preferido un 40% de inflación con la economía funcionando y no un 20% con la economía a punto de explotar por la caída en el consumo y la recesión. Me parece que así como lo de precios transparentes es un error técnico, por definirlo de alguna manera, hubo una decisión de política económica de privilegiar la baja de la inflación en lugar de apostar a la reactivación. Y están errados.
-¿Se puede controlar el nivel de precios con las metas de inflación?
-Yo no creo en esa economía rara que definen como “metas de inflación”. Lo que yo aprendí en Chicago con Milton Friedman es que para bajar la inflación no hay que tener déficit fiscal y no hay que controlar las tasas de interés. Es nuevo que el BCRA fije las tasas y no la cantidad de dinero. Para mí eso es un experimento de pizarrón moderno. Claro que puede funcionar en países con 2, 3 o 4 puntos de inflación. Ahí funciona cualquier cosa. Pero nosotros no somos así. La base monetaria a fines de enero creció el 48% y dicen que la inflación será el 17%. No sé como lo harán. Con ese crecimiento de la base y un déficit fiscal base del 6%, porque no habrá blanqueo, … un cuasifiscal enorme por las Lebac’s … no puede ser una tasa de inflación real como dice el gobierno.

-¿Es correcto endeudarse para financia el déficit?
-No es sustentable el endeudamiento como lo están haciendo ahora. La prioridad del equipo económico es tomar deuda que, dicen, van a pagar con crecimiento, pero eso no sucederá. La gente piensa que la cosas no están bien y como no hay crecimiento, todo se agrava.
-¿Qué va a pasar con el dólar?
-Si supiera qué va a pasar con el dólar sería millonario. En serio, debido a la extraordinaria emisión de deuda se produce una revaluación del tipo de cambio que es insostenible. Con algo llamativo: un ingreso legítimo de capitales implica un dólar barato que se asoció a tasas más bajas y reactivación económica. Esto no sucede ahora, quizás porque es deuda, no capitales legítimos. Me intriga. Pero creo que tiene que ver con lo que estábamos hablando: no tienen los votos ni el liderazgo“.
Este reportaje es interesante, entre otras cosas, porque -salvo por la diferencia fundamental en los sectores sociales que toma en cuenta- las críticas a la política económica podrían haber sido hechas por un economista peronista tradicional como Eduardo Curia (Un neokeynesiano como Kicillof pondría diferentes énfasis). Pero ese no es el punto. La clave política es que Carlos Rodríguez es un vocero natural de los sectores del poder económico más afines al proyecto macrista.
¿Amenaza esto la estabilidad del gobierno? No. Ni los políticos de la coalición oficialista ni tampoco el “círculo rojo”, los diversos sectores del poder económico, tienen otro presidente hasta el 2019. Pero Macri ha perdido la confianza que le había ganado su victoria del 2015. No esperen cambios dramáticos: la lectura del Mauricio es, estimo, que si los hiciera, su poder se licuaría aún más. Pero creo que ya se puede hablar de una segunda etapa en su gobierno, más condicionada. Por ahora, por los mismos que lo han apoyado.

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