miércoles, 22 de abril de 2015

HABLAR DE LOS DESAPARECIDOS DESDE LA PERSPECTIVA DE LAS VICTIMAS



de Blog Colectivo Ex Presos y Sobrevivientes  --  Rosario

La imagen forma parte del documental transmedia Geografía del dolor. Foto: Mónica González.
La imagen forma parte del documental transmedia Geografía del dolor. Foto: Mónica González.

Josué Cantorán
Geografía del dolor es un documental web y transmedia dirigido por la periodista Mónica González en el que se documentan 13 historias de desaparición o ejecución de personas en 10 estados distintos del país. Es web porque puede consultarse en internet de forma gratuita a través de su página, donde un mapa multimedia dirige al material de cada historia. Y es transmedia porque la naturaleza del proyecto ha permitido que se decante en diferentes soportes, como el video, la foto y hasta un libro.

Este documental será presentado este viernes 24 de abril a las 13 horas en el auditorio JJ de Unarte (Acatlán 81 colonia La Paz), donde Mónica también hablará sobre los pasos que deben seguirse para realizar un proyecto de documental transmedia.

El proyecto se gestó en 2011 cuando la periodista Mónica González cubría la Caravana por la Paz, encabezada por el poeta Javier Sicilia y donde se congregaron cientos de personas víctimas de la violencia desatada en todo México a raíz de la fallida estrategia de seguridad del entonces presidente Felipe Calderón. En principio como un proyecto fotográfico, González Islas realizaba postales en las que pedía que los familiares de las víctimas de desaparición y homicidio escribieran su nombre y frases que se hubieran quedado con ganas de decirles.

Foto: Mónica González
Foto: Mónica González

En 2013, cuando el proyecto recibió una beca del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, Mónica y su equipo pudieron comenzar la grabación de las entrevistas y el material de las diez primeras historias, pues hasta el momento aún hay tres que están en el proceso de preproducción.
Escogimos también a Nepomuceno Moreno pero nos lo mataron antes de que pudiéramos ir a entrevistarlo a Sonora y eso fue el detonante para decir: “debemos identificar a la gente que ya está luchando y que lleva una militancia dura y estricta después de lo que les ha pasado”

Sobre este documental, mismo que surgió de una investigación profunda que le permitió abordar el tema de los desaparecidos desde la perspectiva de las víctimas, Mónica reconoce que toca un tema abordado en demasía por la prensa tradicional durante el sexenio calderonista, lo cual la forzó a buscar nuevas maneras de mirarlo.

Sin embargo, también comenta que en algún momento algunos medios tradicionales dejaron de cubrir el asunto e incluso de publicar material gráfico sobre la violencia, debido a que la mayor parte responde a intereses particulares, lo que ha obligado a un buen número de reporteros de investigación a emigrar de las redacciones para finalizar sus proyectos periodísticos.
–Usualmente lo que pasa cuando haces un documental lineal es que mucho material se queda fuera por el tiempo –explica la reportera–, ya sea un corto de 20 a 30 minutos o un largo de 60 o 70. Lo que nosotros creímos es que era indispensable contar las historias de manera personal de cada uno de los casos, pero también que se montara en internet para saltarnos la parte de la distribución en México de los documentales. Finalmente, un documental tiene un proceso y debe entrar a festivales, inscribirse en selecciones, y todo eso que tarda como un año. Yo soy periodista, mi interés es que se difunda y no estar en festivales, que se pueda acceder en la información. Ya habíamos hecho Frío en el alma, que es otro web interactivo con una protesta de dos chicos desaparecidos en el norte del país, resultado de un taller que tomé en la ciudad de México. Entonces, la plataforma se me hizo bastante auténtica por dos motivos: primero, la censura, ahí nadie podía meterle mano a la hora de la edición y sobre todo al discurso del proyectosegundo, la distribución, pues en internet todo mundo puede entrar y ver el documental sin tener que pagar.

Al conocer a sus fuentes tanto en la caravana de Javier Sicilia como en foros sobre personas desaparecidas organizados por FUUNDEC o Amnistía Internacional, la periodista comenzó a indagar en la situación particular de cada estado con respecto al tema de la violencia y las desapariciones. Encontró, por ejemplo, que en Veracruz y Estado de México los focos rojos corresponden a mujeres jóvenes, generalmente estudiantes universitarias.

Para elegir las historias a documentar, además del acercamiento con cada persona que su trabajo reporteril propició, González Islas buscó que se tratara de aquellas personas que, tras la desaparición de sus seres queridos, hubieran emprendido acciones de activismo que las llevaran finalmente a una militancia comprometida.

–Yo veía que ese proceso iba avanzando cada vez más –dice–, como en el caso de María Herrera, a una militancia. Escogimos también a Nepomuceno Moreno pero nos lo mataron antes de que pudiéramos ir a entrevistarlo a Sonora y eso fue el detonante para decir: “debemos identificar a la gente que ya está luchando y que lleva una militancia dura y estricta después de lo que les ha pasado”.

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